jueves, diciembre 17, 2009

balance

en memoria de Albert Ràfols-Casamada (1923-2009)

Una luz, la de estos días finales del año, gris y tersa y llena de mansedumbre, como la de un objeto metálico largamente usado, o un pomo de hierro que las manos y la intemperie han pulido hasta casi alabearlo, una curva que pasa inadvertida a los ojos y que sólo un sexto sentido –algo entre la memoria y esa visión alerta que dan la tranquilidad, el silencio– es capaz de percibir. Ahora, mientras camino por el Retiro y observo, a lo lejos, la silueta dentada de los tejados de Menéndez Pelayo, el prisma nebuloso de la torre que sobresale entre los pinos, hasta el sol inflamado de la tarde parece dejarse infiltrar por ese brillo mate, suavemente ceniciento, que nos ayuda a reconciliarnos con otro final de etapa, los balances y cálculos que de forma inevitable o inconsciente cultivamos a estas alturas de nuestro cansancio. Ahí está la puerta del nuevo año, la manilla gastada por todos los días que hemos vivido hasta llegar a ella. Moverla no será nada en contraste con la atención que le prestamos, la calma y la energía que derivamos de su contemplación.

5 comentarios:

Soledad Arrieta dijo...

Preciosa reflexión, muy poética...
Cariños!

Larrey dijo...

pura poesía, sí, todo un ejercicio literario.
Ah, por cierto, os invito a todos a participar en la IV Edición de Suspiros (Relatos breves) del Trastero de la imaginación.
http://eltrasterodelaimaginacion.blogspot.com/2009/12/iv-edicion-de-suspiros-ilustrados.html

Juan Antonio Millón dijo...

Me han conmovido, de verdad, tus palabras, Jordi, esa meditación serena desde la contemplación de la luz, de las luces de este final de año, de este final que aboca a los balances serenos. Me ha devuelto tu visión una fotografía de Pio Baroja, caminando en un día neblinoso por el Retiro. Que todo ello sea, además, en memoria de Ràfols-Casamada, esa mirada-morada poética, extasiada en la abstracción, me parece un formidable homenaje.

Aprovecho, Jordi, para agredecerte el regalo de la palabra de Gamoneda. Lo escuché, parando todos los relojes de la casa. En esos momentos sólo movía el mundo el ritmo de sus sílabas.

Cassioppeaboreal dijo...

Luego de citar escrupulosamente el nombre del autor, he reenviado a toda mi lista de contactos este "Balance", a modo de salutación findeañera.
Gracias, como siempre, por tus apuntes, tus traducciones, tus poesías, tu palabra.
Las mejores cosas para el año que comienza!
Desde Córdoba, Argentina,
Gabriela.

Jordi Doce dijo...

Gracias a todos por vuestra compañía a lo largo del año, y gracias, casioppea, por difundir estas líneas entre tus amigos. Sois muy generosos. Muy felices fiestas a todos y que el 2010 nos conceda muchas alegrías. Abrazos, j12