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En nuestra relación con los maestros hay siempre un cupo de temor reverente, pues sacan a la luz todas nuestras carencias. Hay una forma, sin embargo, de hacerles frente o de esquivar su abrazo irrespirable, y es tomar un camino (ese, precisamente) que revele las suyas.
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OLA DE CALOR
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*Lecturas de verano*
Fotografía
de
*Adela Sánchez Santana*
*INCONFORMISMOS*
Un buen poema es una silla con respaldo, que deja el ánimo en posición
cor...
Hace 12 horas
1 comentario:
Ya me gustaría ya ver despejada esa equis... Cábalas no faltan. Felices días, Jordi.
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