viernes, enero 01, 2010
fiebre
Comienza el nuevo año tomado por la fiebre, envuelto en sudores ácidos que riegan su carne y la funden con las sábanas revueltas. Mientras sale y entra como puede en el sueño, le consuela pensar que por una vez su cuerpo ha encendido a tiempo una pequeña y doméstica llama purgativa, el fuego que ha de quemar los residuos del año pasado.
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