domingo, febrero 28, 2010

escalera de color


No me oyó. Estaba absorto grabando el último mordisco de la termita antes de que todo se viniera abajo.

*

Un año en el que nadie muere, en el que nadie desaparece o es echado en falta.
  ¿Qué extraña plaga concebiría el mundo para no hundirse bajo ese exceso de vida?

*

Todo breve, sí, tanto como quieras, para que puedas tomarte todo el tiempo.

*

Hablaban sólo para mantener la debida distancia entre ellos. Las palabras les servían de verja o de pretil donde acodarse antes de subir el listón con cada nueva frase.

*

Todas esas veces en que, por fortuna, no se reconoce en el espejo.

5 comentarios:

José Antonio Fernández dijo...

Realmente buenos, todos, para releerlos y deleitarse.
Saludos.

Cassioppeaboreal dijo...

"Hablaban sólo para mantener la debida distancia entre ellos..."

VIOLENTO Y AMARGO (YEHUDA AMIJAI)

"Violento y amargo llegó el final,
mas lento y dulce fue el tiempo entre nosotros,
lentas y dulces fueron las noches
cuando mis manos no se tocaron entre sí desesperadas
sino entre ti amorosas, pues tú las separabas.
Y cuando te penetraba, una gran felicidad
podía entonces medirse
con la precisión de un agudo dolor. Violento y amargo.

Lentas y dulces fueron las noches,
amrgo y rechinante como la arena es el ahora,
"seamos sensatos", y otras blasfemias semejantes.

Y mientras más nos alejamos del amor
más tenemos que abundar en palabreos,
palabras y oraciones largas y ordenadas.

Si nos hubiéramos quedado juntos, habríamos podido ser silencio."

Como siempre: gracias y gracias.
Gaby.

Ophir Alviárez dijo...

Parece la "fotografía" de una habitación, una pareja de años y la soledad acompañada que no los abandona cual estribillo de alguna vieja canción al mejor estilo de la Durcal.

Es más fuerte, sí y los versos a mí me lo traducen.

Un saludo,

OA

A. dijo...

Estupendo el último, y lo terrible del segundo. Necesitamos a la muerte.
Saludos

Jordi Doce dijo...

Grazie mille. Y estupendo el poema de Amijai, Gabriela--uno de los grandes, hay que leerlo más que nunca. Un abrazo, J12