domingo, enero 19, 2020

poema





Detrás de la ventana
el patio mide sus silencios.
La mesilla de noche
y su carga dispar
–las gafas de leer, el libro, el móvil–
es un pulmón que se apacigua
y moja nervios
y celdillas
en la tinta basal de la renuncia.
Doblar las alas
y recogerse:
así la comprensión del nadador
que guarda bien su ropa,
la querencia del pájaro.
El invierno da fruto al despertarse.

2 comentarios:

Abilio Díez dijo...

Crónica agradecida a un día que acaba, colocada a la entrada del que comienza. Buena manera de correr las cortinas y mirar.
Saludos.

ÍndigoHorizonte dijo...

Esquirlas de luz que la poesía revela.

Abrazo grande, Jordi.