¿Quién es este
moviéndose ágilmente
en la oscuridad
por un paisaje
al que la luz del día
aún no ha moldeado
deslizándose informe
como una sombra
en la negrura
y en lugares ignotos
llevando noche
junto a su piel
portando pieles
de pino y piedras
quién es este
átomos que hormiguean
en su piel
quién atraviesa
la negrura
en donde fue enterrado
y de la que
le extrajeron
no por amor
por poder únicamente
echado de la muerte
y forzado de nuevo
a atravesar
su propio
morir quién
se aleja deslizándose
entre las rocas (mientras
los saltos de agua
electrifican
la penumbra) quién es este
en la montaña
donde los despertares
despuntan en la piedra
naranja rosa
terracota
la luz nueva
tiernamente forjada?
el original, entre otros poemas, aquí.
En nuestro país se conoce a Fiona Sampson (Londres, 1963) como la autora de En busca de Mary Shelley, que Galaxia Gutenberg editó a finales de 2018. Pero Fiona Sampson es sobre todo y ante todo poeta, y como poeta publicó el año pasado Come Down (Corsair), un libro espléndido del que he traducido nueve poemas para el último número, el 32, de la revista Nayagua de la Fundación Centro de Poesía José Hierro (y que se puede descargar aquí).
Entre esos nueve poemas no podía faltar uno sobre el monstruo del doctor Frankenstein, ese golem romántico al que Sampson dedica páginas llenas de lucidez en su biografía de Mary Shelley. El tono tentativo y hasta indagatorio de la pieza –que es, toda ella, una larga interrogación– me hace pensar en «Wodwo», aquel viejo poema (de 1967) que Ted Hughes dedicó a una suerte de «hombre de los bosques» mitológico, un hombre salvaje que descubre su propia naturaleza conforme explora el mundo natural con sus cinco sentidos y su inteligencia intuitiva. Solo que este nuevo hombre del poema de Sampson, este golem de la alquimia moderna, es cualquier cosa menos natural, y lo que descubre justamente es que fue forzado a nacer «echado de la muerte». Con todo, la imagen que cierra el poema, una imagen luminosa, es un atisbo de esperanza, también para él.
3 comentarios:
Gracias por la luz. Y por la traducción. Siempre. Abrazo. Grande.
Maravillosa tu entrada no te conocia
Gracias a vosotras por vuestra lectura, una vez más.
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