Son
tres y hablan a voces, salpicando el diálogo con insultos cariñosos mientras esperan
al pie de un cruce. De pronto, oímos a uno decir: «En Madrid, ahora, los
saurios se venden como caramelos». Por su mezcla perfecta de disparate y sequedad realista, la frase nos recuerda esta otra que oyó por azar un amigo poeta: «En
Madrid es más fácil conseguir un león que un enano».
FOTOGRAFÍAS ANTIGUAS
-
*Charcos*
(Archivo general de internet)
*FOTOGRAFÍAS ANTIGUAS*
Cuando el discurrir de los años alcanzó la conformidad definitiva de no
decir nad...
Hace 2 horas
1 comentario:
Pasear, escuchando a los viandantes y dejando a un lado los cascos, tiene sus recompensas.
Abrazo, J.
Publicar un comentario