jueves, junio 17, 2010

huésped

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© Bernard Plossu


If only the phantom would stop reappering!
John Ashbery, «Faust»

Miro desde la puerta el polvo suspendido,
la luz tardía en las cortinas, y todo el tiempo
el fantasma está ahí: lo intuyo

en la brizna de nada que dura un parpadeo,
el aire al que interroga una página en blanco,
la música difícil de los huesos.

Ha ocupado su puesto junto a las otras sombras.
Una mella en la sangre, un rasguño tenaz.
Algo que no consigo aislar aunque lo intente.

Es rápido y esquivo, no tiene prisa.
Simple como la noche es simple,
como la noche cae con sobriedad de autómata.

Hace mucho que las palabras dejaron de ayudarme,
pero a veces las llamo siguiendo un viejo hábito.
Él brilla entonces un instante, ondea y se disipa,

y un puño de negrura ocupa su lugar hasta borrarlo.
Viejas palabras, viejos hábitos…
Ni siquiera la noche dura lo suficiente.

Ligera y lenta como una sospecha,
la luz de la mañana recorre a tientas el estudio
y todo gira una vez más
en la rueda de las apariciones.
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3 comentarios:

azul dijo...

Traducir es un arte difícil y tú es obvio que lo tienes. Un fuerte abrazo. Me has dejado "noqueada".

Isabel dijo...

No sé qué decir, me ha impresionado este "huesped"
Traspasa.

Ophir Alviárez dijo...

Porque llevamos los fantasmas dentro como las sospechas, como las sombras que no abandonas el paso y están, serias, habituales...

Me gusta tu poema, invita a más.

Ophir