Mostrando entradas con la etiqueta brueguel. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta brueguel. Mostrar todas las entradas

miércoles, febrero 18, 2009

ícaro, brueghel, williams


Traduje este poema de William Carlos Williams (1883-1963) como parte de un ejercicio que puse a mis alumnos en Hotel Kafka. Resulta ilustrativo (e intrigante) compararlo con el que sobre el mismo cuadro de Brueghel escribió Auden, «Musée des Beaux Arts». Los dos se fijan en detalles totalmente dispares y, sobre todo, extraen conclusiones que en Williams son de orden vital y en Auden, indefectiblemente, de índole moral. Lo que me gusta de Williams y de sus mejores herederos es el modo en que un verso enlaza simultáneamente, en funciones o papeles distintos, con los que le rodean (así por ejemplo, el verso «cerca de la costa» remite tanto al lugar donde sucede «algo insignificante» como al «hubo» que le sigue). Una estructura nerviosa, como de gota de lluvia que desciende en zigzag por la ventana del coche, en la que siento cifrada lo más vivo de esta escritura. (Por cierto, buscar a Ícaro en este lienzo es casi una versión «alta cultura» del buscando a Wally.)


Paisaje con la Caída de Ícaro

Según Brueghel
cuando Ícaro cayó
era primavera

un labrador araba
su campo
todo el esplendor

del año estaba
despierto
hormigueando

al borde del mar
ocupado
en sus asuntos

sudando al sol
que derritió
la cera de las alas

algo insignificante
cerca de la costa
hubo

un chapoteo casi inadvertido
era
Ícaro ahogándose


Trad. J.D.