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jueves, junio 13, 2013

stephen romer / poema



Presas,
las mimbreras enrojecidas
bruñen
arena y nieve,

vellos de hielo
se encrespan en su lomo
este Loira indolente
charrie son troupeau

pero también aquí
en las mimbreras, bajo el agua,
hay calor,
trazos dorados, terracota,

su mano en mi mano
curso que fluye
pureza de la vida
desde aquí y desde ahora


[trad. J. D.]




Hace casi año y medio el poeta inglés Stephen Romer (Hertfordshire, 1957) compartía con sus corresponsales uno de sus últimos poemas, una pieza breve y delicada, muy en su estilo, que iba acompañada de varias fotografías invernales del río Loira entre hielos y nieve. Romer se prodiga muy poco en la red, así que recibir un mensaje suyo es casi un acontecimiento, y más si incluye un poema inédito. Desde el pueblo de Mosnes, muy cerca de la ciudad francesa de Tours, donde da clase y reside desde hace treinta y dos años (afortunado él), Romer ha hecho una poesía que se distingue netamente de la de sus contemporáneos por su capacidad para incorporar las vetas más líricas y esenciales de la poesía francesa contemporánea. Gran traductor de Yves Bonnefoy (L’Arrière-pays) y de Philippe Jaccottet, entre otros, es autor de una obra escueta pero compacta, inconfundible: sus cuatro libros hasta la fecha son como las cuatro paredes de una habitación en la que todo sucede un poco más despacio de lo habitual, a media voz, como si la vida misma fuera su fantasma o su fotografía. Ese cuarto es justamente el Yellow Studio [Estudio amarillo] que da nombre a su último poemario (de 2008), el espacio doméstico donde Romer se refugia del mundo para estar más cerca de él.
  
Hice una primera versión de estos versos sobre la marcha, pero no quedé contento. Y casi me había olvidado de ellos, un año después, cuando abrí una carpeta y allí estaban, pidiendo casi a gritos que los reescribiera. Así lo he hecho, y este es el resultado, que acompaño de un par de aquellas fotos crepusculares de los bancos nevados del Loira que nos envió su autor: me encanta esa mezcla del granate borroso de los árboles y el azul turbio de la corriente, el blanco azulino de la nieve. Y el poema es muy hermoso. Un poema de amor, sí, y tan sutil y reticente que nos deja con ganas de más, mirando por encima del hombro de quien habla, mirando las aguas heladas del río.


Sealed in
the reddened sallows
burnish
the sand and the snow,

hackles of ice
raised on her back
sluggish Loire
charrie son troupeau  

but even here
in the sallows, underwater,
there is warmth,
goldblock, terracotta,

her hand in mine
the current running
purity of life
henceforth and hereafter



lunes, septiembre 20, 2010

stephen romer / braughing

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En el cuarto amarillo
la luz tangente y amarilla
acalla el lenguaje con tiempo,

me lleva al escritorio
ahora que es tiempo
de anotar, como un monje

copista, no sabría decir qué,
mientras unos desconocidos
desmontan el hogar

donde crecí, el medio
en que nado en silencio,
de manera que cuando lleguen

con descaro a la puerta
para cargar las cajas
ya no estaré,

disuelto por la luz
amarilla y el timbre
de advertencia del mirlo.


Trad. J. D.
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.
Un viejo poema de Stephen Romer (Hertfordshire, 1957), de su libro Tribute (Oxford University Press, 1998), centrado casi en exclusiva en el relato de una separación amorosa. Un libro tenue, ascético, obsesionado con la luz y los espacios vacíos, el río de silencio y desamparo que fluye por debajo de nuestros actos, el modo en que el aire parece cambiar de peso y de color a lo largo del día. Así este poema, que relata una mudanza y una desaparición, un cambio y la continuidad de la luz sobre todas las cosas. Un poema que, como todos los de este libro, tiene la delicadeza de una rama helada a punto de romperse, el resplandor de unas brasas que podrían extinguirse en cualquier momento.
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lunes, enero 05, 2009

un poema de stephen romer


COLERIDGE SOBRE MALTA

... un deseo de retirarme a la piedra y no moverme,
o diluirme en los vientos y no tener existencia individual...

Petrificado por el rostro de la Górgona
blandido cada noche

y caminando solo
hacia lo de costumbre

–adicción y añoranza
y pérdida insalvable–

¿cómo podría el corazón
no endurecerse con el tiempo,

o adoptar una forma granítica
en el dominio de Medusa

más allá de la injuria,
tallado por la lluvia

y el viento indiferente
asolando la isla?

*

Tan dispuesto al deleite
no obstante

cuando aparta de sí
lamentos lastimeros

un lagarto
o una estrella fugaz

como signos o maravillas
le enardecen


Trad. J.D.


Stephen Romer (Hertfordshire, 1957) es profesor en la Universidad de Tours (Francia). Sus libros de poesía incluyen Idols (OUP, 1986), Plato's Ladder (OUP, 1992) y Tribute (OUP, 1998), del que se ha tomado este poema. Ha traducido a Philippe Jaccottet, Jean Tardieu y Jacques Dupin, y ha editado la antología 20th-Century French Poems (2002). Su libro más reciente es Yellow Studio (Carcanet, 2008), finalista de la última edición del T. S. Eliot Prize.