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lunes, marzo 16, 2009

mervyn peake 2

Ilustración para Bleak House, de Charles Dickens


Mervyn Peake

Igual que un gran mercado…

Igual que un gran mercado atrae a los excéntricos
soy como una ciudad levantada en arcilla
donde los locos medran, ya que bajo mi piel,
en cualquier soportal o calleja secreta

que serpea en mis huesos de medianoche, ellos
acechan harapientos, esperando impacientes
la orden de tomar mi esternón, y asolar
la capital con vivas a la revolución.

Trad. J.D
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[Respondiendo a una petición de mi buen amigo Juan Manuel Macías, que quería leer nuevos poemas de Mervyn Peake... Más sobre el escritor, ilustrador y pintor inglés, aquí.]
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lunes, enero 19, 2009

mervyn peake

Sospecho que Mervyn Peake (1911-1968) no tiene muchos lectores en España; por no tener, ni siquiera es un autor de culto con su correspondiente legión de conjurados. Y, sin embargo, para muchos de nosotros (en especial en el mundo de habla inglesa), su trilogía Gormenghast es uno de los hitos de la literatura fantástica del siglo pasado: un mundo oscuro y decadente, dominado por un enorme castillo en ruinas donde la noble familia Groan («quejido» o «gruñido» en español) vive entre una legión de sirvientes y los restos de su antigua magnificencia. Un mundo abigarrado y con el espesor y la penumbra de un bosque mítico, habitado por sospechas, intrigas y traiciones, envuelto en una bruma malsana que modela y difumina al mismo tiempo el perfil de Titus Groan, su protagonista. El libro está escrito en un inglés tan cuajado, tan denso y asfixiante como el mundo del que levanta testimonio, y es un prodigio de sutileza, capaz de narrar una acción trepidante sin que la atmósfera se resienta. En Gormenghast no hay magia ni raros prodigios; tampoco hay seres fantásticos ni temibles anillos de poder. Sus protagonistas son simples seres humanos atenazados por el peso de un tiempo inmemorial y, sobre todo, el gran castillo de Gormenhast, tan vivo y misterioso como sus habitantes, genuina fuerza demoníaca cuyos inmensos pasillos y estancias son como tentáculos que recorren todas y cada una de las páginas del libro.

La trilogía se puede encontrar en español en Minotauro, aunque tengo la sensación de que está descatalogada. (Hablar de trilogía, en realidad, no es del todo exacto, pues a la muerte de Peake se encontraron notas y borradores para otras dos novelas de la serie. Además, la tercera novela, Titus Alone, quedó inconclusa y se publicó póstumamente sin el permiso expreso de su autor.)

Además de escribir Gormenghast, Peake fue un espléndido ilustrador, grabador y poeta. Recuerdo haber comprado hace años, en una librería de viejo de Sheffield, sus Selected Poems publicados por Faber & Faber en 1972: una poesía agónica y doliente, de raíz expresionista, que enlazaba por igual con Blake y el metafísico Andrew Marvell. Ya entonces me tentó traducir algún poema, pero ha tenido que pasar más de una década para dejarme seducir de nuevo por el libro. Los primeros frutos son «Lo inmenso es lo que nunca aprenderemos» y «En momentos de penumbra», que relata la lucha del autor con sus fantasmas, esos monstruos que recorren los largos corredores de Gormenghast hasta emerger, con distinto nombre y aspecto, en sus ilustraciones de Alicia en el País de las Maravillas, Casa desolada de Dickens o La rima del antiguo marino de Coleridge. (En la imagen, la portada de la primera edición de Titus Groan, la novela inaugural del ciclo, diseñada por el propio autor.)


En momentos de penumbra

Es en momentos de penumbra cuando distingo
desamparados monstruos descollando en mi mente.
Si la tierra estuviera alumbrada con lámparas
se me vería siempre junto a ellos.

Incluso a pleno sol les escucho clamar
a las puertas de mi cerebro, con radiantes
harapos envolviendo sus cuerpos magullados,
y en su frente un rubí como una herida.

*

Lo inmenso es lo que nunca aprenderemos

Lo inmenso es lo que nunca aprenderemos.
Pues no se nos enseña a nacer ni a morir
ni cómo arder
de amor
qué penoso nuestro regreso obligatorio
a esas pequeñas cosas de las que somos dueños.


Trad. J.D.