Ah lo oscuro lo oscuro lo oscuro. Todos fluyen hacia
lo oscuro,
los vacíos espacios interestelares, lo vacío hacia
el vacío,
capitanes, banqueros, eminentes hombres de letras,
generosos mecenas de las artes, estadistas y
gobernantes,
ilustres funcionarios, presidentes de muchos
comités,
señores de la industria y simples contratistas,
hacia lo oscuro todos,
y oscuros Sol y Luna, y el almanaque de Gotha
y la Gaceta de la Bolsa, y el Directorio de
directivos,
y frío el sentido, y perdido el motivo de la acción.
Y les seguimos todos al funeral callado,
el funeral de nadie, pues a nadie se entierra.
Estate quieta, le dije a mi alma, y deja que la
oscuridad te anegue,
pues ha de ser la oscuridad de Dios. Igual que en un teatro
se apagan las luces y cambian el decorado
con un hueco rumor de bastidores, movimiento de lo
oscuro en lo oscuro,
y sabemos que enrollan y recogen las colinas, los
árboles,
el paisaje lejano y la altiva fachada,
o, cuando en el metro, un vagón se detiene en exceso
entre estaciones
y la conversación se anima para aquietarse luego
lentamente,
y vemos descender en cada rostro el vacío mental,
dejando a su paso el temor creciente a no tener ya
nada en qué pensar;
o cuando hace su efecto la anestesia, y uno sigue
consciente,
[aunque
consciente de nada.
Estate quieta, le dije a mi alma, y espera sin
esperanza
pues la esperanza sería esperanza de lo indebido;
espera sin amor,
pues el amor sería amor de lo indebido; queda la fe,
no obstante,
pero fe y amor y esperanza residen en la espera.
Espera sin pensar, pues no eres capaz de pensar aún:
y así la oscuridad será la luz, y la quietud el
baile.
Murmullo de arroyuelos, y el fulgor del relámpago en
invierno.
El tomillo invisible y la fresa silvestre,
la risa en el jardín, éxtasis no perdido
que resuena y requiere, marcando la agonía
de la muerte y el nacimiento.
Afirmas que
repito
algo que ya he dicho. Lo diré otra vez.
¿Lo diré otra vez? Para venir allá,
para venir adonde estás, para salir de donde no estás,
has de ir
por donde no hay éxtasis.
Para venir a lo que no sabes
has de ir
por donde no sabes.
Para venir a lo que no posees
has de ir
por donde no posees.
Para venir a lo que no eres
has de ir
por donde no eres.
Y lo que no sabes es lo único que sabes
y lo que posees es lo que no posees
y donde estás es donde no estás.
Trad. J.D. (2001) / el original, aquí.