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miércoles, marzo 14, 2012

cummings / mi dulce vieja etcétera



Venus Oak

  
mi dulce vieja etcétera

mi dulce vieja etcétera
tía lucy durante la última

guerra podía y lo que es
más lograba contarte con exactitud
por qué razón luchaba todo el

mundo,
mi hermana
isabel tejió cientos
(y
cientos) de calcetines sin
mencionar las camisetas a prueba de pulgas las orejeras

etcétera muñequeras etcétera,mi
madre esperaba que

yo muriera etcétera
valientemente por supuesto mi padre solía
quedarse ronco hablando de cómo era
un privilegio y si sólo él
pudiera entretanto yo

mismo etcétera yacía hundido
en el lodazal et

cétera
(soñando
et
….cétera,con
Tu sonrisa
ojos rodillas y tu etcétera)




traducción JD / el original, aquí.

martes, diciembre 08, 2009

cummings / poema


Creo que nunca traduciré la poesía de e. e. cummings de manera ordenada o sistemática. Como mucho, un poema de vez en cuando, como un regalo que uno se hace por sorpresa, un capricho. Su encanto, al menos para mí, reside precisamente en el carácter imprevisible de su escritura, en su libertad suprema, capaz de tocar todos los asuntos y convertirlos, por efecto de su chisporroteo verbal, en fragmentos de una constelación luminosa, asteroides que cruzan el cielo de la página y estallan entre los ojos. Lo que aprecio de cummings, en última instancia, es su capacidad para tocar asuntos que la vanguardia parecía haber desdeñado o desatendido (el amor, el deseo, las ondas sísmicas del tacto y la pasión erótica) y darles siempre una nueva vuelta de tuerca, un tratamiento que nunca es previsible o sentimental, aunque beba directamente de la poesía clásica, de Catulo a Whitman pasando por Shakespeare. Como Whitman, cummings es un norteamericano al que no le asustan el cuerpo ni sus festejos íntimos: pies, manos, dedos, labios, ojos, brazos y piernas comparecen una y otra vez, magnificados por la cercanía erótica, en esta celebración vital de la que el poeta destierra todo asomo de culpa, de inquietud. Aquí no hay pecado, sólo la imagen de una inocencia que pasa de largo ante las aduanas del intelecto y planta sus tiendas, como hacía Blake, en el territorio de los sentidos y la alegría física, pues, como se dice en este poema, «aunque… la vida no sea,no dejará de dar besos».



Tus dedos hacen flores tempranas

Tus dedos hacen flores tempranas
de cualquier cosa.
tu cabello las horas aman sobre todo:
suavidad que
canta,diciendo
(aunque amor sea un día)
no temas, saldremos de cortejo.

tus blanquísimos pies flamantes se extravían.
Siempre tus
ojos humedecidos juegan a darse besos,
cuya extrañeza mucho
dice;cantando
(aunque amor sea un día)
¿a qué muchacha traes flores?

Ser tus labios es algo dulce
y pequeño.
Muerte, te llamo rica más que cualquier deseo
si esto atrapas
perdiendo lo demás
(aunque amor sea un día
y la vida no sea,no dejará de dar besos).


Trad. J. D.


El original, aquí.

sábado, junio 21, 2008

un poema


e. e. cummings

si hay cielos

si hay cielos mi madre tendrá (para ella sola)
uno.no será un cielo afeminado ni
un frágil cielo de lirio sino que
será un cielo de rosas rojinegras

mi padre allí (profundo como una rosa
alto como una rosa)

irguiéndose junto a mí

(doblándose hacia ella
silencioso)
con ojos que en realidad son pétalos y no

ven nada en realidad con el rostro de un poeta que
es una flor y no un rostro con
manos
que susurran
Esta es mi amada mi
..................................(de repente,a la luz del sol
se inclinará,

&todo el jardín se inclinará)


Versión de J. D.