martes, noviembre 08, 2011

cien mil millones de poemas

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Hace algo más de medio año mis amigos Eduardo Vilas y David Villanueva, responsables del Hotel Kafka y la Editorial Demipage respectivamente, me hicieron una curiosa propuesta. Una de esas propuestas, en realidad, que no cabe rechazar. Los dos habían caído en la cuenta de que este otoño se cumpliría –se cumple ahora– el quinto aniversario de la creación de sus dos sellos, y para celebrarlo no se les ocurrió cosa mejor que rendir homenaje al gran Raymond Queneau replicando en español –justamente medio siglo más tarde– su famoso Cent mille milliards de poèmes (1961): esto es, diez sonetos en versos alejandrinos, con rima consonante, sin puntuación ni encabalgamientos, a fin de que cada verso se pueda leer por separado; diez sonetos cortados en tiras que permiten combinar un verso con cualquier otro de los sonetos restantes para formar combinaciones casi infinitas (las matemáticas dicen que hasta un número de 10 elevado a 14, o, lo que es lo mismo, 100.000.000.000.000). Un poco largo de explicar, como veis, aunque una rápida ojeada al libro lo aclara todo.

El libro de Queneau, en fin, es una forma memorable de recordarnos hasta qué punto la literatura –la poesía– es hija del juego, del azar, del accidente: hay combinaciones de todo tipo, absurdas, extravagantes, sugestivas o luminosas, una verdadera cornucopia de metáforas y hallazgos verbales. Es también un objeto singular, algo así como un pariente cercano de las tablas de ouija o las barajas del Tarot.

Nuestro libro se llama Cien mil millones de poemas e imita en todo el de Queneau salvo por un detalle: esta vez firman el libro diez autores, uno por soneto. Cinco venimos por el lado del Hotel Kafka: Marta Agudo, Javier Azpeitia, Rafael Reig, Julieta Valero y un servidor. Los cinco restantes, por el lado de Demipage: Pilar Adón, Fernando Aramburu, Santiago Auserón, Francisco Javier Irazoki y Vicente Molina Foix. Hay poetas, novelistas, y hasta un artista total, inclasificable, como es el gran Auserón, más conocido en estos tiempos como Juan Perro. Resulta instructivo cómo pese a todas las reglas y constricciones (los diez poemas están escritos en alejandrinos y siguen el mismo juego de rimas) cada soneto refleja o encarna a la perfección la sensibilidad de cada autor. Hay lugar para todo: humor, erotismo, delirio, gravedad reflexiva o metafísica, protesta social…

El libro llega estos días a las librerías, justo a tiempo para la temporada navideña; entretanto, aquí os dejo la portada –muy otoñal–, la nota de prensa de la editorial, y también un vídeo en el que David Demipage Villanueva explica muy clara y didácticamente cómo «funciona». Y funciona, vaya que sí. Hasta hay espacio para que cada lector incorpore su propio soneto…


Cien mil millones de poemas. Demipage from Demipage on Vimeo.

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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece una idea absolutamente genial, muy creativa, estoy deseando leerlo.

Un saludo,

Carlos Izquierdo

Unknown dijo...

Yo también me lo apunto.
Enhorabuena. Es de las mejores ideas que circulan por el mercado.

Olga Bernad dijo...

Vi el video en otro blog y me encantó (en La posada del sol de medianoche). Este me lo regalo y lo regalo seguro;-)
Enhorabuena.

ÍndigoHorizonte dijo...

Otro imprescindible más. ¡GRACIAS!