Eso que escribes son cartas diferidas, palabras a destiempo
que nunca llegarán a su destinatario, respuestas a preguntas que alguien
planteó hace mucho, cuando responder habría servido de algo. Toda escritura es
tardía por definición, esto es, inútil a efectos prácticos, porque supone una
relación con el tiempo que nada tiene que ver con el paso del reloj o del
calendario; y que tampoco se corresponde con las habituales cadenas de
causa-efecto que sostienen nuestro día a día. La ocasión visible o aparente del
libro es sólo una coartada, una especie de Macguffin que desvía la atención del
motivo real que lo originó. Pero tardía no quiere decir impertinente. Porque
esa relación peculiar con el tiempo presupone –a menudo contra toda expectativa
sensata– la existencia de un lector para quien el libro llega siempre en el
momento justo.
Bad Readers
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Richard Powers’s new novel, Playground, features an artificial intelligence
resembling the new generation of “large language models,” like ChatGPT and
Gemi...
Hace 2 horas
3 comentarios:
Incluso lo tardío llega en su momento justo.
Ese lector es el que verdaderamente hace real el texto, lo vivifica, hace que se cumpla su sentido, su condición de flecha. Y el autor, más bien demiurgo ( o tal vez "un kurdo", como sugiere el corrector del iPad, que se ve que está muy al día, pero sabe poco de filo Sofía), es tan sólo, y nada menos, el primer lector. Me gustan mucho estas " imposturas" tan bien fingidas (en el sentido pessoal).
Bueno, es un cuadernillo que va haciendo su camino con tranquilidad, como debe ser... Gracias por por la lectura, amigo--abrazo, J12
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