Fabio Morábito, A cada cual su cielo, Madrid, Visor, 2022, 108 págs.
Poeta, narrador y ensayista, traductor ejemplar de Montale, Fabio Morábito (1955) sigue siendo un relativo desconocido entre nosotros. Nacido en Alejandría de padres italianos, con quienes se trasladó a México a los quince años, ha escrito toda su obra en español. Esta elección (asunto al que dedicó un ensayo memorable, El idioma materno) ha sido su forma de rubricar, desde el lenguaje, un mirar marcado por el signo de la extranjería. Con palabras sencillas, con un decir solo en apariencia llano, Morábito es uno de esos poetas –mucho más escasos de lo que se piensa– capaces de hacernos ver el mundo con nuevos ojos.
A cada cual su cielo es un libro delicioso en el que casi no hay página que no nos deslumbre con una imagen, una idea, una intuición: «Hay árboles que nacen para bosque, / otros que son un bosque sin saberlo; «los mapas se hacen / al amanecer del domingo, / cuando la población / está dormida y son más claros / los relieves de la patria». A veces su épica de lo cotidiano, su atención a lo diminuto, recuerdan un poco a Magrelli, pero Morábito es más cantarín, también más amante de la paradoja (que toma de Juarroz para encarnarla en los objetos) y el relámpago del asombro.
A lo largo de estos 56 poemas sin título escuchamos a un poeta enamorado de las superficies del mundo, pero que a la vez no puede dejar de levantar alfombras y hacerse preguntas. Los poemas sobre la infancia conviven con otros, más densos, en los que dialoga con su padre enfermo o toma un pasaje de Montale para celebrar la existencia: «Nada se arrastra en la naturaleza, / la vida está de pie o ya no es vida».
Morábito enlaza su escritura con «una sola pregunta, / formulada de cien formas»: «por qué las piedras no se abren». Sus poemas tampoco lo hacen, pero a fuerza de ser transparentes. El don está en no esconder nada y mantener vivo el enigma. Todo es prodigio, y este libro se pone en pie para celebrarlo y decírnoslo al oído.
Publicado originalmente en La Lectura de El Mundo, 27 de mayo de 2022.
1 comentario:
Fervor y asombro: un libro para encontrarse.
Abrazo.
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