Son
tres y hablan a voces, salpicando el diálogo con insultos cariñosos mientras esperan
al pie de un cruce. De pronto, oímos a uno decir: «En Madrid, ahora, los
saurios se venden como caramelos». Por su mezcla perfecta de disparate y sequedad realista, la frase nos recuerda esta otra que oyó por azar un amigo poeta: «En
Madrid es más fácil conseguir un león que un enano».
El cumplemuertes
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Scriabin: Estudio Opus 8, 12
*Hoy es el primer día de mi muerte.*
*Es el único día que no altera **su duración, su sed de despertar,*
*de ver de nuevo ...
Hace 37 minutos
1 comentario:
Pasear, escuchando a los viandantes y dejando a un lado los cascos, tiene sus recompensas.
Abrazo, J.
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