Gabriela Kizer, En falso, prólogo de Luisa Castro, Madrid, Visor, 2022, 144 págs.
La primera impresión que se tiene al ingresar en este nuevo libro de la venezolana Gabriela Kizer (Caracas, 1964) es la de una gran desenvoltura expresiva: un don muy suyo para fusionar registros y planos distintos de escritura, de lo coloquial a lo culto, de lo narrativo a lo metafórico, de los modos de la calle a un culturalismo que brota siempre sincero, sin efectismos, como un bagaje del que los años se sirven para traducir o al menos iluminar la propia vida. En falso abarca doce años de escritura (2005-2017) y puede que este lapso tenga mucho que ver con su sincretismo, pero hay algo más, una apuesta decidida de la autora por no cerrarse ninguna puerta; también, como señala Luisa Castro en su oportuno prólogo, su deseo de fundar «un territorio movedizo, deslizante […] que nos atrapa desde el primer momento».
Las cinco secciones del libro dibujan un trayecto que va desde el sondeo de las raíces familiares –judíos ucranianos que desfilaron por «el piso enmohecido del barco / que ha iniciado su lento viaje desde Besarabia»– a un retrato insolente y a la vez desolado de la Caracas de hoy. Por el camino comparecen las diversas etapas de una educación vital y sentimental que sigue arrojando su luz viva desde el pasado: «Quiénes éramos / muchachas pacatas, salvajes, voyeristas […] Pronto seríamos bocado y abrevadero. / También indecencia, llama difícil, brasa para tiznar».
Los poemas en prosa de la sección central son como una galería de ejemplos para la vida y el arte, pero en todos alienta el afán de Kizer por evitar la línea recta, la moraleja o la conclusión fácil. «Haga la alegoría usted», dice con humor, aunque no pueda evitar que una sombra creciente de pesimismo caiga sobre sus páginas.
Así, quien quiera hacer un retrato fiel de la Caracas arruinada del post-chavismo tendrá que consultar también a los poetas. Y, en concreto, todo el tramo final de este libro, que hace el inventario de una realidad atroz y desmedida que Kizer observa con pasión incrédula porque solo así cabe eludir la «pesadumbre», la falta de esperanza.
Publicado originalmente en La Lectura de El Mundo, 29 de abril de 2022.
1 comentario:
Gracias por la reseña. Este no sólo lo leeré. También lo regalaré. Abrazo, Jordi. Cuídate.
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